La Fundación Jesús Abandonado ha reforzado su compromiso con los colectivos más vulnerables abriendo un centro de salud mental en la Región de Murcia. Este innovador centro tiene como objetivo atender a personas sin hogar o en riesgo de exclusión social que padecen trastorno mental severo en situación de dependencia.
Las instalaciones, que ocupan casi 700 metros cuadrados, albergan un total de 14 personas, de las cuales siete plazas están concertadas con la administración regional.
El director de la Fundación Jesús Abandonado, Daniel López, destaca la importancia de este paso, afirmando que “la enfermedad mental es un problema que tiene una especial incidencia y gravedad entre los colectivos más desfavorecidos. Por ello, estas instalaciones nos permiten brindar una atención más especializada a personas con problemas de salud mental y dar un importante salto en la calidad de nuestros servicios.” La Fundación Jesús Abandonado se convierte de nuevo en referente en Murcia al ser el primer recurso habitacional de este tipo.
Cada rincón del centro ha sido diseñado pensando en la comodidad y la independencia de los residentes. Las habitaciones privadas cuentan con baño propio, armario, mesita de noche e incluso un interfono para facilitar la comunicación con el equipo de la Fundación.
Uno de los primeros usuarios, Juan, comparte su satisfacción al mostrar su habitación, recorriéndola con una sonrisa: “estoy muy contento, me encanta estar aquí, ahora me encuentro mucho mejor.” Fomentando la responsabilidad personal, se anima a los residentes a mantener sus habitaciones ordenadas y limpias como parte de su rutina diaria.
El equipo del centro está formado por psicólogos, integradores sociales, auxiliares sociosanitarios y monitores que trabajan de manera interdisciplinar en la atención centrada en la persona. No hay tiempo límite de estancia para los residentes, ya que el objetivo es ayudarles a desarrollar habilidades, recibir formación y, en última instancia, acceder a oportunidades laborales. El director de Jesús Abandonado subraya que “lo más importante, lo que define al centro, es alcanzar la autonomía.” Comenzando con tareas sencillas, el próximo paso será empoderar a los residentes para que cocinen por sí mismos.
El coordinador del centro, Miguel Ángel Martínez, señala que “nuestros participantes han tenido un poco de puertas giratorias en sus vidas. Han estado constantemente en situación de calle, o mejor, de recursos como el albergue u hospitalizaciones, pero nunca han tenido una estabilidad”. Con este centro, la Fundación Jesús Abandonado busca brindarles una oportunidad para cambiar su situación y encontrar un camino hacia la autonomía y la estabilidad en sus vidas.