Trabajadores empobrecidos sin hogar o con necesidad de apoyo social, un colectivo en aumento

17 octubre 2022

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios atiende en España a más de 60.000 personas en exclusión social o en riesgo de estarlo, una cifra que ha aumentado tras la pandemia y que, a causa de la inflación que está viviendo actualmente el país, se está viendo incrementada según indican desde el área de Solidaridad de esta institución sin ánimo de lucro.

Toda esta actividad solidaria de San Juan de Dios es posible gracias a los 23 centros y dispositivos sociales que la Orden tiene repartidos por todo el territorio español y a los proyectos y programas solidarios que cada centro sanitario o sociosanitario de la Orden pone en marcha, según las necesidades del entorno. En la foto superior aparece la actividad de acompañamiento en la búsqueda de empleo a una de las personas residentes en CRI Creu dels Molers Serveis Socials Sant Joan de Deu Barcelona.

El director General de la Orden Hospitalaria en España, Juan José Afonso, explica que “estamos ante una situación realmente excepcional. Después de las diferentes crisis económicas de los últimos años y con la pandemia todavía activa asistimos a una ampliación de las capas de pobreza institucionalizada sin precedentes. No podemos llamar estado del bienestar a lo que no lo es. La pobreza energética, los trabajadores jóvenes y pobres o un acceso a una cesta de la compra inasumible en términos de una dieta sana, no hacen una sociedad mejor, la empeoran y mucho. Se trata de una lucha que necesita el apoyo de todos. Y es que la exclusión social, normalmente viene acentuada por factores estructurales relacionados con el acceso a la vivienda y al empleo de calidad que dificultan los procesos de inserción socio-laboral”.


17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

El compromiso de la Orden en el ámbito social ha caracterizado su actividad desde siempre y se traduce en la variedad de recursos que se despliegan a lo largo del territorio. Como ejemplo, cada día San Juan de Dios acoge a más de 1.000 personas sin hogar en sus centros de acogida, albergues o centros residenciales de inclusión; y emplea a más de 500 personas con discapacidad, problemas de salud mental o en exclusión social en sus centros especiales de empleo.

Un usuario del comedor es atendido en los Servicios sociales San Juan de Dios de Sevilla

El coordinador del ámbito Social de San Juan de Dios en España, Salvador Maneu, explica que la atención que realiza la Orden en las distintas comunidades autónomas es muy diversa, atendiendo a diferentes colectivos y con distintos grados de intensidad y vinculación, siempre dependiendo de las necesidades que existan. Sin embargo, hay algo que es transversal y común a todos los usuarios que se encuentran en exclusión social, y es que “ninguno de ellos quiere atravesar esa situación. No es cierto que las personas que viven en la calle quieran vivir en la calle como no es cierto que las personas en exclusión o riesgo de estarlo no tengan proyectos de vida. Como cualquiera de nosotros, estas personas tienen sus sueños y expectativas, sus aspiraciones vitales. Y nosotros, en San Juan de Dios, nos dedicamos a hacer que esos sueños puedan ser viables, acompañándolos, ofreciéndoles herramientas que permitan crear oportunidades para que puedan iniciar o reiniciar sus proyectos vitales”.

La inflación no da tregua a muchas familias en crisis tras la pandemia

La Covid-19 ha dejado tras de sí una crisis sanitaria de primer nivel, pero también una crisis social y económica que no ha terminado de resolverse aún, cuando la inflación comienza a azotar duramente los bolsillos de miles de familias que no han podido recuperarse del primer envite.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida 2021 del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social AROPE en 2021 se situaba en el 27,8%, porcentaje de la población residente en España que se encontraba al menos en alguna de estas tres situaciones: riesgo de pobreza, carencia material y social severa o baja intensidad en el empleo. El 2,3% de la población sufre estas tres dimensiones de la exclusión a la vez. En el manejo de estas cifras correspondientes al año pasado hay que tener en cuenta el crecimiento de los precios en 2022, lo que está repercutiendo en el perfil y aumento de usuarios que acceden a los recursos de San Juan de Dios.

El Comedor Social San Juan de Dios de Ciempozuelos (Madrid) ofrece almuerzos y cenas a 340 personas, todos los días del año. La inflación ha traído consigo un aumento en las solicitudes de acceso a este comedor y un descenso en las donaciones que sustentan gran parte de este recurso. Muchas de las familias que acuden cada día tienen a uno o dos miembros trabajando, sin embargo, tienen que elegir entre pagar el alquiler y los gastos derivados de su vivienda, y comer. Además, el centro ha detectado que muchos de los usuarios que, tras la pandemia volvieron a retomar su proyecto de vida y pudieron desvincularse de este recurso, vuelven a pedir esta ayuda a causa de la situación actual.

En Sevilla, la Orden Hospitalaria cuenta con el centro de los Servicios Sociales San Juan de Dios, un recurso exclusivamente social que alberga diversos programas de emergencia social para atender a la población más vulnerable en el entorno de las Setas de la Encarnación, en pleno casco histórico. Allí, actualmente ofrecen almuerzo diario a 160 personas que previamente han sido entrevistadas por la trabajadora social que evalúa cada situación y enfoca el tipo de ayudas del que pueden ser beneficiarias. Además, en este centro se ofrece servicio de armario solidario, peluquería, duchas e higiene y reparto de alimentos para familias con hijos a su cargo. El perfil actual del usuario de este centro es el de persona en situación de sin hogar y de trabajadores empobrecidos que, además de unas condiciones de empleo muy precarias, no pueden hacerse cargo del pago de suministros y facturas tras el encarecimiento de los mismos. Además, entre los trabajadores empobrecidos, el centro ha experimentado un repunte del porcentaje en usuarias, mujeres en su mayoría empleadas de hogar, limpiadoras y cuidadoras.

En Barcelona, el 40% de las personas que reciben atención en alguno de los centros sociales de San Juan de Dios son también personas con empleo en situación de pobreza, es decir, son profesionales en activo, que están cotizando, pero cuyos contratos son tan precarios que se encuentran en situación de sin hogar y se ven abocados a acudir a alguno de los recursos residenciales de la Orden Hospitalaria para ser acompañados durante algún tiempo. Otros reciben prestaciones, como pueden ser el Ingreso Mínimo Vital, pero tampoco pueden afrontar los gastos de una vivienda, facturas, alimentación, etc., y se encuentran también en situación de sin hogar. Los centros de Sant Joan de Deu Serveis Socials Barcelona atienden anualmente a más de 1.000 personas sin hogar, y en lo que va de 2022 también han experimentado un aumento en el porcentaje de mujeres atendidas en un 10% respecto al año anterior. Desde estos centros se lleva a cabo una labor de acompañamiento integral que incluye trabajar con las personas atendidas en un plan de ahorro que les permita tener acceso a una vida autónoma, como paso primero en el inicio de su proyecto de vida. El 70% de las personas que San Juan de Dios atiende en Barcelona resuelve su situación con éxito, es decir, logran la consolidación de su proceso de inserción social. 

23 centros en España implicados en la lucha contra la pobreza y la exclusión

Hablar de exclusión es hablar de la expulsión de la persona del derecho de participar plenamente en la sociedad en la que vive y que conlleva su discriminación, marginación y sufrimiento. Personas en situación de sin hogar, personas refugiadas, inmigrantes y personas o familias en riesgo de exclusión social son algunos de los colectivos que atiende San Juan de Dios desde su ámbito social.

La institución impulsa oportunidades de desarrollo personal y social para que personas y familias en situación de vulnerabilidad social puedan llevar a cabo proyectos vitales propios de forma autónoma y en comunidad, atendiendo y acompañándolos de forma integral para, así, contribuir a una sociedad más justa.

Para ello, dispone de distintos dispositivos que van desde centros de acogida para personas sin hogar, albergues, hogar municipal para transeúntes, comedores sociales, economato social, centro de atención y servicios sociales, centros especiales de trabajo y fundaciones y centros orientados a favorecer la integración económica y social de personas inmigrantes, con discapacidad o problemas de salud mental. Además, cada centro de la Orden Hospitalaria -ya sean hospitales, residencias de mayores, centros para la discapacidad, salud mental, etc.- tiene actividad solidaria a través de proyectos o programas puestos en marcha para aliviar las necesidades de las personas que más lo necesitan, ya sea a través de ayudas básicas o de emergencia, asistencia sociosanitaria, plazas becadas en recursos asistenciales para niños o residenciales para mayores, etc.


Sin hogar. Testimonio de Jan, natural de Helsinki (Finlandia)

Jan llegó al Centro Residencial de Inclusión Creu dels Molers, de Sant Joan de Déu Serveis Socials hace 8 meses. Venía de haber pasado muchos meses de un lado para otro sin entender cómo funcionaba el sistema:

“Me explotaba la cabeza porque no entendía lo que me pedían, me daban informaciones contradictorias… siempre faltaba algún documento. Me he tenido que pelear mucho con la burocracia hasta llegar aquí. Mientras tanto, he tenido que dormir en una tienda en la calle, en pensiones…

Es muy difícil vivir en la calle, dormir en un sitio, desayunar en otro… mientras buscas trabajo.  Cuando llegué al CRI Creu dels Molers, enseguida me entendí con mi referente, Adrian. Primero me dejaron descansar que era lo que necesitaba. Me dieron comida y un lugar en el que descansar, después me dije ‘ok, ahora ya puedo pensar’ y encontré trabajo gracias a mi insertora laboral, Nina. Ella me ayudó con la burocracia, a conseguir un trabajo puente para lograr un trabajo más estable.

Ahora trabajo en la Fundació Formació y Treball en limpieza. Mi experiencia laboral es en el mundo del audiovisual, pero aquí tuve que trabajar de otras cosas para obtener la residencia. En un futuro sí me gustaría tener la oportunidad de volver a trabajar de mi profesión. Mientras tanto, está bien, voy cogiendo experiencia. En Creu dels Molers si necesito algo me lo facilitan, me ayudan a lograrlo. Cuando necesité un ordenador, me lo consiguieron y pude ir pagándolo poco a poco. Esto fue una gran ayuda y un gran cambio para mí.

Ahora me siento bien. Normal. Tengo todo lo que necesito. Tengo muchos planes para el futuro, pero me lo tomo poco a poco. Aquí estoy bien, pero no es para siempre, ni quiero que lo sea. En Creu dels Molers me han acompañado para saber ir paso a paso, porque si no me estreso y me agoto. Ahora empiezo un plan de ahorro y me quiero organizar para encontrar un apartamento para vivir con mi novia y visitar a mi familia en Finlandia.”